La historia de un rollo de papel higiénico comienza en un bosque, mucho antes de que el rollo vea el interior de un retrete, y continúa mucho después de que se tire de la cadena, en el bosque talado y el impacto climático a largo plazo que deja.
como señala el nuevo informe del NRDC,El problema del papel higiénico 2.0: cómo la tubería del árbol al retrete nuestra crisis climática, muchas de las principales marcas de papel higiénico que se encuentran en Estados Unidos proceden en parte de uno de los ecosistemas más críticos para el clima del planeta: el bosque boreal canadiense. Este gran bosque septentrional es el más denso en carbono que queda en el planeta, acumulando en sus suelos y árboles el doble de carbono que las reservas mundiales de petróleo. Sin embargo, a pesar de que sólo tenemos una cuestión de años para actuar y evitar un cambio climático catastrófico, las empresas de tejidos siguen impulsando una vía que va del árbol al retrete y que descarta a este aliado esencial del clima.
Todo este problema que abarca el papel higiénico la problemática ambiental que hay es una fuerte discusión.
Debido a la riqueza en carbono del bosque boreal, la tala para la fabricación de papel higiénico y otros productos tiene un impacto devastador en el clima. Cada año, incluso según estimaciones conservadoras, la tala boreal libera 26 millones de toneladas métricas de carbono a través del aumento de las emisiones de los suelos ricos en carbono del bosque y la erosión de la capacidad de éste para absorberlo. El impacto del papel higiénico es aún más grave porque, al ser de corta duración, libera rápidamente el carbono restante a la atmósfera. Por eso, según la Environmental Paper Network, el papel higiénico fabricado con árboles tiene un impacto tres veces mayor sobre el clima que el papel higiénico creado con materiales reciclados.
Cada año, la industria maderera de Canadá degrada más de un millón de acres de este bosque crítico para el clima, en parte para alimentar la demanda estadounidense de papel higiénico. Aunque Canadá tiene fama de ser un país respetuoso con el medio ambiente, en los últimos años se ha situado en el tercer lugar del mundo en cuanto a pérdida de bosques intactos -sólo por detrás de Rusia y Brasil-, siendo la tala de árboles la principal responsable. El 90% de esta tala se realiza en forma de desbroce, una práctica que requiere un uso intensivo de maquinaria y que elimina casi todos los árboles de una zona y deja un paisaje estéril.
Los expertos en clima piden un cambio transformador para evitar impactos climáticos devastadores, lo que implica una reevaluación de cómo tratamos y vemos nuestro mundo natural. Los pueblos indígenas han liderado la creación de un mundo más justo y sostenible, y es hora de que las empresas y los responsables políticos hagan lo mismo. El cambio climático no es sólo cuestión de chimeneas y tubos de escape, o de pozos de petróleo y minas de carbón. También se trata de nuestros bosques, que han regulado el clima durante millones de años. El papel higiénico es un símbolo de la forma en que devaluamos y desperdiciamos nuestros preciosos bosques intactos. Existen soluciones para un papel higiénico más sostenible y es hora de construir un modo de vida más resistente y sostenible. No podemos seguir costando tanto a las generaciones futuras por algo tan efímero como una descarga.
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